En la actualidad la palabra “delgadez” se asocia directamente con “belleza y estatus social elevado” mientras que el sobrepeso va asociado a “dejadez personal”. Los patrones de belleza tan rígidos e inflexibles marcados por la sociedad actual influyen en el desencadenamiento de trastornos alimentarios graves que pueden conducir a la propia muerte del enfermo.
Así pues, también estamos en nuestro derecho de considerar a la anorexia y la bulimia como “enfermedades sociales” de las que todos somos responsables sin exclusión alguna.

La anorexia y la bulimia son los trastornos que se desarrollan de una manera más común. Tanto la reducción considerable en la ingesta diaria –llegando al ayuno- como la toma de productos purgantes(laxantes) o la provocación del vómito, pueden llegar a transformarse en una adicción, atrapando en un bucle sin aparente salida a quien se ve inmerso en tal enfermedad.